La formación profesional es una expresión educativa y como tal, es parte del esfuerzo educativo global; se orienta hacia el trabajo, desde una perspectiva educativa, actualmente es concebida como un esfuerzo educativo orientado al trabajo y no meramente al desarrollo de los conocimientos, habilidades y destrezas específicos requeridos para el desempeño de un puesto de trabajo determinado u ocupación definida.

Infortunadamente el sistema educativo colombiano no facilita la comprensión de los procesos de formación en todos sus niveles en aras de un desarrollo profesional de los individuos encaminándolos hacia la productividad y competitividad.

En los países desarrollados la formación profesional es lo que conocemos en Colombia como la formación para el trabajo, desde ahí es que se pierde el enfoque del desarrollo de la productividad y la competitividad, puesto que para Colombia la formación profesional esta vinculada a la formación universitaria que en otros esta formación es asociada con innovación y avances científicos y no como formación para el trabajo.

El mundo y el sector productivo cada vez le da menos importancia a la “TITULITIS”, se esta optando por la certificación de competencias y el reconocimiento de cualificaciones Por esta razón la formación profesional no debe restringirse a la formación para el puesto de trabajo, sino a facilitar la comprensión del significado del trabajo y del medio en que se desarrolla, contribuyendo a la conciencia y valorización del trabajo.

Debe orientarse por el criterio de ocupaciones y de procesos productivos, con el fin de facilitar la inserción y promoción ocupacional con mayor flexibilidad y desarrollando la capacidad de aprender, en la perspectiva de la realidad productiva. La información y orientación profesional entendida en esa concepción, juegan un papel fundamental.

Indiscutiblemente, es necesario formar profesionales que respondan a los retos del país en la construcción de sociedad, abordando criterios de integralidad desde una visión amplia del mundo, donde se articulan los principios que permiten la formación de un profesional competente y competitivo, enfocado en el desarrollo de un proyecto de vida socialmente responsable y con la capacidad de ser líder en procesos sociales que involucren y den valor a su entorno, así participar en un desarrollo colectivo a partir del trabajo en equipo.